lunes, 29 de octubre de 2012

Siglo XXI...¿Seguro?

En pleno año 2012, con la era de la información asentada en nuestra sociedad y con el auge en los últimos años de las redes sociales -Twitter, Facebook...-, podríamos afirmar que vivimos en una sociedad moderna, basada en el progreso. Sin embargo, esto es una verdad a medias. Es cierto que vivimos en una sociedad tecnológicamente muy avanzada; por contra, en el aspecto humano, poco o nada tiene que ver la situación actual con lo teóricamente previsto para un siglo tan desarrollado. Se asemeja, más bien, al anticuado contexto del siglo XIX.

Según los últimos datos de la EPA -Encuesta de población activa- cifran en 5.778.100 los parados en el tercer trimestre del año, mientras que la tasa de paro subió 0,38 puntos y se situó en el 25,02% de la población activa. O dicho en otras palabras: 1 de cada 4 españoles está en una situación de desempleo. Esta situación está llevando a una gran parte de los ciudadanos españoles a subsistir por debajo de los niveles de pobreza, dado que en muchos hogares todos sus miembros se encuentran en situación de desempleo, lo que acarrea otros problemas como el aumento indiscriminado de desahucios de familias que no pueden hacer frente a sus hipotecas. 


Por contraposición, mientras la mayor parte de la sociedad sufre mes a mes por cubrir sus necesidades básicas, la Casa de Alba -existente desde el siglo XIV y que se define como una de las familias nobiliarias más poderosas en términos económicos-, representada actualmente por la Duquesa de Alba, recibe anualmente subvenciones millonarias por parte del Estado y de la Unión Europea para mantener propiedades privadas. Curioso. Mientras a las personas humildes y honradas se les quita su vivienda -derecho fundamental de la Constitución española de 1978- por los impagos a las entidades financieras, una señora que acumula ingentes cantidades de capital heredado recibe ayudas innecesarias para mantener palacetes y demás posesiones. Esta situación es propia del siglo XIX, en la que el pueblo llano tenía que subsistir con lo básico mientras una gran cantidad de nobles disfrutaba de privilegios por el mero hecho de poseer un título nobiliario. ¿Estaremos asistiendo pues, a una recesión, no sólo en términos económicos, sino también sociales? Creo que sí.


Una cosa es clara. Este modelo no puede seguir mucho tiempo. El Estado del supuesto bienestar se ha convertido en los últimos  4 años, desde el comienzo de la crisis financiera en 2008, en un Estado de malestar, en el que se recortan derechos sociales pero se mantienen privilegios a los nobleza y la clase alta. No digo que no se necesite un plan de austeridad, dado que en las últimas dos décadas España ha vivido como el rico que nunca fue, pero tampoco veo ético que esta serie de personas reciban apoyo financiero por parte de las instituciones cuando no les hace ninguna falta. Así, cada día reluce más el proceso de polarización en el  país y que podría reflejarse mediante el término de las "Dos Españas", no en términos políticos, sino en la escisión que se produce entre gente humilde y trabajadora que no llega a fin de mes y por otro lado, las élites poseedoras del poder económico y político. Ante esto, solo cabe esperar un cambio drástico y entrar, de una vez por todas, en términos humanos también, en el siglo XXI.

domingo, 21 de octubre de 2012

Un ejemplo en tiempos difíciles

Le fabuleux destin d'Amélie Poulain, más conocida habitualmente como Amélie, es una de las comedias románticas más famosas de la historia del cine de principios del XXI (año 2001). De esta película franco-alemana, se puede extraer un amplio repertorio de grandes frases. Sin embargo, una prima por encima de las demás: "Son tiempos difíciles para los soñadores", utilizada por miles de personas cada hora a través de las redes sociales. Es cierto que vivimos una gran crisis, no sólo de tipo económico (que, como nos ha demostrado la historia, terminará tarde o temprano). La coyuntura va más allá de lo meramente financiero; vivimos una crisis mucho más profunda...una crisis de valores. Sin embargo, aún existen soñadores incluso cuando la adversidad y las trabas podrían ser mucho mayores al sueño perseguido.

Malala Yousafzai es una chica pakistaní que a su temprana edad (15 años) es considerada una ejemplo en la lucha por los derechos de las mujeres en su país y por extensión, de Oriente Próximo. A la edad de 13 años, comenzó a escribir en un blog para la prestigiosa cadena británica de la BBC  bajo el seudónimo de Gul Makai, en donde explicaba su vida bajo el régimen talibán así como sus puntos de vista sobre la educación de las niñas.

El pasado día 9 de octubre fue agredida por un miliciano mediante un disparo de fusil que le impactó en el cráneo. Esta grave herida obligó a que Malala fuera intervenida quirúrjicamente. Días después fue trasladada de urgencia a un hospital de la localidad ingresa de Birmingham, para seguir allí su tratamiento, dado el grave estado de salud de la joven pakistaní.
Malala Yousafzai
Los derechos de las mujeres en el ámbito de la educación en los países de Oriente Próximo son mínimos, incluso en algunas regiones son nulos. Existe la creencia de que la mujer es un ser inferior, un ser que no puede avanzar culturalmente por el mero hecho de ser mujer. Más grave, si cabe aún, es que cualquier reivindicación por parte del género femenino se disipa mediante la forma más primitiva, el uso de la violencia. De hecho, el portavoz de TTP (Tehrik-i-Taliban Pakistan) Ehsanullah Ehsan, anunció que no pararían hasta conseguir el asesinato de Malala. Matar a una joven por el hecho defender lo que es legítimo. Así nos luce el pelo.

No sé quien debe tomar cartas en el asunto, si serán los gobiernos occidentales o las organizaciones supranacionales (la ONU, básicamente), lo que está claro es que así no podemos seguir. Un grupo de terroristas (bastante cobardes, a mi entender, por utilizar armas de fuego cuando la única arma que reúnen sus opositores es la palabra) no puede coartar los derechos y las libertades de las mujeres por el hecho de ser mujeres. ¿A qué  tienen miedo? ¿Temen que las mujeres asciendan en cargos de responsabilidad y que ellos no tengan la supremacía del poder?. Lo que está claro es que estos pensamientos machistas de la época medieval no se pueden consentir en el siglo de la supuesta "libertad" y la teórica "democracia" que iba a posibilitar la globalización.

Lo que sí es seguro es una cosa: serán tiempos difíciles para los soñadores, la célebre película de Amélie no se equivocaba. Sin embargo, existe un resquicio de esperanza, una luz al final del túnel, con actos como la Primavera Árabe o Malala, que buscan un mundo más equitativo y justo. ¿Utopía o posibilidad real?. El futuro nos lo dirá.

jueves, 11 de octubre de 2012

Fútbol y política

"Este juego que llamamos fútbol y esa actividad que llamamos política siempre han estado y estarán unidos". Manolo Preciado, una de las personas más importantes en los banquillos españoles en las últimas décadas y tristemente fallecido el pasado mes de junio no se equivocaba en este afirmación. De hecho, puede ser una de esas verdades que denominamos apodícticas. Nos guste o no, el fútbol se asocia a la política desde los inicios de la competición doméstica -antiguo Campeonato de España y lo que hoy conocemos como La Liga-. El problema es el extremo al que estamos llegando.

El pasado domingo, se celebró en el Nou Camp el mejor partido del mundo y por consiguiente, el mayor espectáculo del mundo -a mi entender-, el Barcelona - Real Madrid, correspondiente a la séptima jornada del campeonato. En ese partido, se produjeron dos hechos de alto significado político promovidos y/o apoyados por la directiva del Fútbol Club Barcelona: la utilización de 98.000 cartulinas para conformar un mosaico con la senyera -bandera autonómica de Cataluña, perteneciente a la antigua Corona de Aragón- y, por otra parte, el grito en sendos minutos 17 de ambas partes a favor de la independencia en la que se mostraron esteladas -bandera no oficial de Cataluña, con un carácter independentista-.

Respecto al primer caso, no me parece mal en absoluto -como dije en la entrada anterior- la defensa de la cultura y de la tradición catalana, por eso no me posiciono en contra de que se muestren senyeras. Sin embargo, y si mi memoria no me falla, creo que el partido era Barcelona - Real Madrid y los colores de la institución culé son el azul y el rojo, y no vi dichos colores en el mosaico -cosa que otros años sí ha pasado, y se han fusionado los colores azulgranas con banderas catalanas-. Sin embargo, en mosaicos de otros equipos españoles como el Real Madrid, el Atlético de Madrid o el Sevilla sólo aparecen los colores del club -exceptuando las zonas en las que sitúan los grupos más radicales-. Así pues, queda reflejada la primera forma de utilizar el fútbol por parte de Sandro Rosell como herramienta política.

En cuanto al segundo caso, me parece que el hecho acaecido fue lamentable. Y no digo lamentable por pedir la independencia -que para algo estamos en democracia- sino que fue lamentable por utilizar una institución como el Fútbol Club Barcelona -seguida por millones de personas en todo el mundo- al antojo de una serie de personas que están a favor de la independencia. Quizás Sandro Rosell desconoce que el mayor número de peñistas culés NO se encuentra en Cataluña -concretamente se sitúan en Andalucía, Extremadura y Madrid, respectivamente-. Por ello, esa serie de personas pueda no sentirse identificada con toda la parafernalia política que utiliza Rosell y que, a su vez, están pagando de su bolsillo al ser socios del Barça. Parece injusto, ¿no?.


Sin embargo, si la independencia catalana se hiciese efectiva, Rosell  tiene un posicionamiento contrario a la creación de una liga catalana y aboga por la continuidad en La Liga BBVA. ¡QUE CURIOSO!, el defensor a ultranza de la independencia, se mantendría en la competición nacional. ¿Tendrá algo que ver con el tema económico? ¿Será que en La Liga el Barcelona gana millonadas por derechos televisivos mientras que en una liga catalana no recibiría ni una décima parte de esos ingresos?. Por interés te quiero Andrés. El refranero español es muy sabio.

Aún así, yo no pecaré de hipócrita por ser madridista de pro; individuos como Ramón Calderón en el Real Madrid o José María del Nido en el Sevilla tienen o han tenido una fuerte inclinación nacionalista española. Ojalá el fútbol fuera sólo un deporte, un juego con que el pudiéramos disfrutar durante 90 minutos y evadirnos de la realidad actual sin ideología política alguna, pero como diría el mister Preciado... se antoja imposible.

viernes, 5 de octubre de 2012

Que sí, que no, que nunca te decides

Corría el año 2003 en España. El Símbolo sacó al mercado una de esas canciones que todos hemos bailado alguna vez, y no es otra que la de 'Que si Que no' que, junto con otras canciones míticas, han marcado muchos de nuestros veranos. Pues bien, esa canción es perfectamente aplicable a la coyuntura que vivimos a día de hoy con el tema de la secesión de Cataluña.

El presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, férreo defensor de la independencia de Cataluña y de la escisión completa con el Estado español arguyendo motivos económicos e ideológicos, es el mismo que pidió en agosto un rescate de carácter autonómico al Gobierno de Mariano Rajoy -con una partida fijada de 5.023 millones de euros- para poder hacer frente a los vencimientos de los bancos, la emisión de deuda y la cobertura del déficit. Curioso, muy curioso.

El 11 de septiembre, día de la Diada, el movimiento independentista congregó en las calles de Barcelona a 2 millones de personas según los organizadores; 1,5 según la Guardia Urbana y 600.000 según fuentes como El País o ABC. A pesar del enorme abanico en el que nos podemos mover con estos datos, es evidente que fue un acto de fuerza y un toque de atención no solo en España, sino en el mundo. Pues bien, varias consultoras independientes llevaron a cabo una serie de encuestas acerca de los motivos que llevaban a estos grupos a adoptar estas posturas separatistas.Y fueron bastante sorprendentes.

Los resultados evidenciaban que una amplia mayoría -en torno a un 60 y un 65 %- se mostraba a favor de la independencia para así conseguir un repunte de la economía catalana con la incursión de dicha comunidad autónoma como un Estado independiente que pasase a formar parte de la Unión Europea. Así pues, quedaba en entredicho el discurso de los líderes políticos catalanes acerca de la independencia por amor a la tradición y la cultura catalana.


Analicemos entonces, el principal motivo por el cual parte de la ciudadanía catalana quiere independizarse. Existen dos claros fundamentos en los que se basan: por un lado, la ruptura total con España para mejorar la economía y por otro, la incursión en la UE. En el primer caso, según diversos expertos en entrevistas en El País, una independencia a día hoy llevaría a Cataluña a la quiebra inmediata y  su economía pasaría a estar calificada como bono basura. En el segundo caso, una incursión en la UE, es necesaria una aceptación por parte de los países miembros, así como una solvencia en términos económicos -cosa que les sería imposible si nos fijamos en el primer fundamento- y un largo tiempo de espera -países como Turquía llevan 40 años tramitando su entrada-. Por todo ello, es un argumento que se desmonta por sí solo.

Sin embargo, a pesar de mostrarme en contra de la independencia -veo posible la continuidad del sistema autonómico para así poder mantener, preservar la cultura y la lengua de zonas como Cataluña, País Vasco o Galicia- si el pueblo catalán quiera la independencia, no seré yo quien diga que no. Eso sí, una por una AMPLIA MAYORÍA -en mi opinión debería superior al 75%-. Y por supuesto, España dejaría de aportar dinero a esta región y "que cada uno se las apañe como buenamente pueda". Cataluña se las apañaría mal, sin duda.

Sin embargo, creo que la amplia mayoría de catalanes no quiere la independencia, solo quiere una defensa de su cultura y de su tradición, pero manteniéndose adheridos a España por múltiples motivos. Algo muy lógico y que yo, si fuera catalán, también lo defendería como defiendo mi identidad madrileña. Un ejemplo de esta postura la han mostrado los hermanos Muñoz, que conforman el grupo Estopa, hoy mismo vía Twitter: "Para dejarlo claro y disipar dudas. Nuestro voto en el referendum seria no a la independencia. La democracia es nuestro derecho". Catalanes sensatos como José y David Muñoz favorecen a Cataluña. Sin embargo, catalanes oportunistas como Artur Mas y todos sus secuaces políticos la hacen daño. Mucho.